

Quién es Silvio para Joaquín Calderón
Mi incursión en el universo lírico y musical de Silvio Rodriguez se remonta a los primeros años de mi adolescencia. Amante natural y lógico de la canción de autor desde mis raices debido a la influencia directa de mi entorno, mi familia.
Evidentemente su música apareció en unas cintas de casette grabadas de vinilos. «Mujeres» fue el primer disco que llegó a mis oidos, fue ese tipo de descubrimientos que sólo se tienen a esas edades, cuando producen una sensación inexplicable de «no me lo puedo creer».
Por aquel entonces yo ya empezaba a investigar en la guitarra (ya habia iniciado hacía tiempo mis estudios de violín en el conservatorio) y la aparición de Silvio Rodriguez fue para mí un aunténtico mazazo.
Lo oía muchas veces al día, incluso cuando me acostaba. Tenía un Walkman. En fin, ni que decir tiene que lo aprendí de memoria y empecé a intentar sacar con pasión todas las canciones de ése album, con más intención que habilidad, y así hemos seguido, perfeccionando y estudiando una técnica guitarristica de acompañamiento propia y única, la de Silvio Rodriguez.
Llevar al directo en la actualidad la obra de Silvio a través del proyecto PUROSILVIO no es en absoluto un capricho, el mundo célere y superficial en el que nos movemos actualmente olvida y desecha las cosas demasiado pronto y ha llevado a generaciones enteras a desconocer en este caso el trabajo de Silvio Rodriguez, eso era un asunto que no se debía permitir.
No es una recuperación de su trabajo ni de su legado ya que afortunadamente sigue entre nosotros y regalando creaciones nuevas, es más una intención de difusión y redescubrimiento de su obra, de su contexto y de su importancia social sin entrar en valoraciones personales, una mirada estética y pasional a través de la emoción de sus canciones (texto-música) y de sacar de entre los escombros de las futiles modas musicales de la actualidad un clásico, lo que sin duda permanece. La palabra sólida. PUROSILVIO.
Joaquín Calderón, febrero 2016